Near To the Wild Heart of Life
Anti- Inc. Records
27/Ene/2017
"Una lección sobre identidad propia"
Aún recuerdo cuando hace cosa de un par de años descubrí vagando en internet un disco llamado Celebration Rock, cortesía de algún dúo canadiense el cual fue bien recibido en los comentarios de cierto foro musical. Teniendo como referencias en ese entonces a Death from Above 1979, The Black Keys, The White Stripes... y los recién estrenados Royal Blood principalmente, decidí abalanzarme hacía él en Bandcamp. Por azares del destino solo dejé el marcador del navegador sobre la página y no lo volví a tocar sino hasta semanas después, cuando pasaba una típica crisis existencial/adolescente. Vaya que aún queda fresco en mis memorias el momento en el que, desde el primer minuto, Brian King y David Prowse me dieron mi acercamiento más vívido a lo que es tener trastorno bipolar; en cuestión de segundos pasé de un estado de ánimo a otro totalmente opuesto, lo mejor fue que por la siguiente hora esa sensación de sorpresa y vigorosidad rockera me mantuvieron enérgico durante la primera escucha y el tiempo en que intentaba digerir cómo es posible que sólo 2 instrumentos en verdad fueran capaces de transmitir tanto; ya me había pasado con DFA 1979, pero lo creí uno de esos milagros que solo suceden una vez en la vida, además de que los del logo con trompas de elefante podían hacer lo mismo con un bajo. Se podría decir que Celebration Rock me apoyó en días difíciles, siempre encontrando elementos que no había percibido en su música a medida que más lo escuchaba. Revisando su primer disco, Post-Nothing, no sólo me encuentro con otro nombre badass en el título y un arte similar que bien ya podría ser icónico, sino con una avalancha de Noise Rock poderosa, quizás un tanto menos técnica que su sucesor, pero igual de convincente. Me entero pronto que antes de ambos álbumes de estudio lanzaron una serie de singles "amateur" para promocionarse con disqueras y en conciertos, los cuales fueron recopilados en No Singles; desde el nombre, otra gran línea titular y arte siguiendo la línea blanco y negro, aunque ahora con el blanco predominando.
Ahí empiezo a encontrar un gusto por el recopilatorio mejor que al debut, porque reflejaba a chicos con ganas y talento para romperla por completo sin miedo a desgarrar cuerdas o apabullar tambores para contagiar de energía juvenil más del tipo caótica que rebelde, siendo el ya mencionado Post-Nothing su oportunidad de decirle al mundo quiénes son y Celebration Rock la cúspide de todos los elementos y su anunciado regocijo. Poco más de 7 años después de debutar en ligas mayores, habiendo pasado de Polyvinyl a ANTI- (casa de Tom Waits, Deafheaven, The Antlers...) y nuevamente de la mano de Jesse Gander tras las consolas de sonido, vuelven con Near To the Wild Heart of Life.
El track homónimo se da tiempo para narrar una lírica excelente, que en sinergia con el poderoso puente/coro y la robustez con la que tratan a los instrumentos da como resultado un himno habitual del grupo, perfecto para comenzar el viaje. "North East South West" es el suceso de algo ya anunciado desde la portada; que algo iba a ser diferente. Sí bien se siente algo radical el repentino predominio de guitarras acústicas al fondo, también se siente (sorprendentemente) refrescante, no voy a decir que era lo que necesitaba el sonido de Japandroids, incluso suena chocante, pero aquí sale a flote la maestría con la que doman a un toro que les puede arruinar la corrida. "True Love and a Free Life of Free Will" sigue ese camino marcado por guitarras acústicas y sigue sorprendiendo que no se sienta aún mal utilizado porque la estructura del corte está bien hecha, se hace más palpable el trabajo de Prowse como motor de cada canción hasta el momento. "I'm Sorry (For Not Finding You Sooner)" cierra esta primera mitad como si fuera una transición que vale más por los valores en post-producción que por la canción en sí.
Sintetizadores. Sintetizadores puros y duros. Así comienza la cara B. Llegué a consternarme no por el relativo predominio de elementos electrónicos aquí, sino porque una vez más lo adaptan a la perfección en esta incansable odisea de casi 8 minutos llamada "Arc of Bar", donde las más grandes ambiciones del grupo se plasman aquí, con todo y tercera voz (cortesía de la esposa mexicana de Brian), el característico Rock del grupo se hace corrosivo para amalgamarse casi a la perfección con elementos nuevos y formar un viaje interesante, rebosante de calidad.
Las temáticas de los álbumes de estudio del dúo se basan en lo más clásico; 8 canciones, donde las primeras cuatro son una mitad "ascendente", las próximas 3 fungen como desenlace sonoro y la última como epilogo, igual que cuando la música se editaba en vinil y los álbumes era hechos a medida del formato en mitades iguales. Pues esta segunda mitad se siente más triunfal que la primera, quizás porque acaban con la vitalidad de sus primeros años ("No Known Drink or Drug") y el optimismo con el que se presenta el "epílogo", que de verdad suena a uno, "In a Body Like a Grave" no tiene la necesidad de intensificarse hasta el límite como la primera canción del compendio, y es muy plausible ver que ambos integrantes sigan fieles a su idea de cómo hacer un disco, lo cual les da cierto concepto y uno que otro punto extra por la coherencia.
Irónico, pero la canción más "opacada" es "Midnight to Morning", a pesar de ser el momento más parecido a sus glorias pasadas. Y esto habla sobre la potencia con la que Japandroids absorben elementos nuevos para volverlos hacía su sonido, mutando apenas lo suficiente y de forma satisfactoria para no extrañar ni un poco el pasado y al mismo tiempo, hacer particular este nuevo compendio. En esa última oración se puede describir cómo se siente en retrospectiva Near To the Wild Heart of Life. Aplausos por ello.
93/v/l7S5TRaX/file.html
81%
01. Near to the Wild Heart of Life
02. North East South West
03. True Love and a Free Life of Free Will
04. I’m Sorry (For Not Finding You Sooner)
05. Arc of Bar
06. Midnight to Morning
07. No Known Drink or Drug
08. In a Body Like a Grave
Por: Sebastián López Seguir a @sebas_0132
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