Broken Machine
RCA Records
08/Sep/2017
"Grandes músculos no siempre son señal de fuerza"
Hacía bastante tiempo en CRM que no nos pedían una reseña con ferviente insistencia como la de Broken Machine de Nothing But Thieves, hecho que sorprendió al staff puesto que ya va casi medio año desde su estreno, y no fue hasta comienzos de este 2018 cuando este proyecto hizo suficiente ruido como para entrar en la lista de reseñas pendientes. Entonces, ¿cuál es el asunto de Broken Machine? ¿Por qué el revuelo tan repentino? Había la posibilidad de ser una grata sorpresa, de esas que se nos van por tener puestos los oídos en tantos otras propuestas, pero cuando suena una canción como "I'm Not Made By Design" es cuando la respuesta se esclarece; es en el preciso momento que Conor Mason explota su rango vocal para hacer falsetos melodramáticos y uno se da cuenta de que los versos entre coros son simples crescendos que no superan las tres líneas cuando se revela la verdadera naturaleza de Broken Machine. No hay que ser adivinos para saber que usan el mismo argumento del que The Killers se vienen aferrando desde Day & Age para hacer funcionar su sonido. El sentido de protesta contenido en las letras puede cambiar de social a político a veces, pero en al menos el 60% del álbum sólo tenemos a la banda construyendo coros sobrecargados con algún riff interesante perdido.
Entrados en el tracklist del disco siguen "Particle" y "Get Better", muestras más descaradas de que Nothing But Thieves responden a una fórmula artificial para hacer memorables sus canciones, lo cual es un hecho lamentable tomando en cuenta que la producción es muy acertada. Tomemos como ejemplo práctico el arranque del disco, esos segundos en que unos potentes bajo y batería abren la puerta a una melodía turbia y constante de nombre "I Was Just A Kid", donde el intercambio de protagonismo entre Mason y los instrumentos pulidos que le acompañan presagian la venida de un viaje interesante, de repente, abandonamos la estética críptica y todo se rinde a un uptempo con "chispas sonoras", no vemos venir cuando todo explota en un coro que dura 20 segundos de nuestros 4 minutos y medio en total. Tuvimos 3 pasajes totalmente distintos, inconexos e inverosímiles disfrazados de progresión.
No es de extrañarse que los mejores momentos de Broken Machine sean los transitorios, la calmada "Sorry" o la constante catarsis envolvente y tensa de "Afterlife", se agradece que el grupo inglés haya optado por dotar de cierta variedad sonora su segunda obra porque hubo la posibilidad de explotar las distintas facetas de su nueva estética, y lo hicieron; llevando al escucha a momentos en que su no tan "desastrosa" -en buen y mal sentido- fórmula demuestra funcionar de manera excepcional, como en el track homónimo, donde la exposición de todos sus elementos es limpia, cómoda de escuchar y fácilmente maleable para transformarse en el himno de distorsión que se termina transformando. Sin embargo, no son suficientes muestras fugaces de las capacidades que Nothing But Thieves poseen para mantener a flote todo un álbum.
En cuanto a las letras, los mensajes que pretenden transmitir (como desesperanza, nuestro sistema socioeconómico fallido, depresión, adicciones, ser alguien auténtico o hasta religión) y su manera de entregar cada uno, remiten inmediatamente a casos como el de Declan McKenna, porque muy a pesar de contados momentos brillantes donde métrica, ritmo, letra y melodía están sincronizados de forma envidiable, se siguen abordando desde perspectivas sensacionalistas y llamativas sin ir más allá por ocupar tiempo en repetir coros o extender de más los puentes sonoros que nos llevan a ellos.
Vuelven una exploración de su nuevo sonido en una innecesaria desviación a ritmos serenos para moverse un poco como en "Soda", o también pasan a ejecutar arpegios a lo Radiohead en "Afterlife", ésto puede ser un gran punto a favor por su variedad, pero más bien pasa a ser uno incómodo de defender ya que aporta a la inconsistencia del álbum.
Por supuesto que Broken Machine es un trabajo definido, debidamente pulido y que recoloca en el mapa a sus autores, goza de riffs abundantes que simplemente suenan potentes con el tratamiento dado en la producción o sencillamente en el volumen de los amplificadores, pero de lo que carece es de sustancia y argumentos sólidos para adoptar al menos la mitad de sus posiciones, no deja de ser una promesa a medias, que no ofrece mucho fuera de proyecciones personales y no se atreve a salir de una fórmula tan marcada que termina cansando.
50%
01. I Was Just a Kid
02. Amsterdam
03. Sorry
04. Broken Machine
05. Live Like Animals
06. Soda
08. Particles
09. Get Better
10. Hell, Yeah
11. Afterlife
Por: Sebastián López Seguir a @sebas_0132
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