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25/7/18

Kamasi Washington: Heaven And Earth

Kamasi Washington
Heaven and Earth
Young Turks Records
22/Jun/2018


"Tres maneras de decir 'grandilocuencia'"

Sobrevalorado por muchos, despreciado por otros; Kamasi Washington se hizo de gran renombre dentro de las esferas Jazz como una nueva estrella del saxofón al empujar todas sus posibilidades en un álbum tan gratificante como irregular llamado The Epic, además de tener apariciones casi estelares en álbumes de Broken Bells, Flying Lotus, Snoop Dogg, Kendrick Lamar, John Legend, Run The Jewels y Ryan Porter, eso sin contar los álbumes que grabó con los supergrupos Young Jazz Giants y Throttle Elevator Music.

Esta nueva placa, Heaven and Earth, responde también a la ambición de Washington por hacer trabajos conceptuales, entregando ahora un álbum doble cuyas partes representan al mundo según su visión personal ("el mundo del que soy parte", según el autor) y su visión más abierta, general y utópica ("el mundo que es parte de mí") e incluso más allá del nuevo reto que él mismo se impone, llega también la oportunidad de reivindicarse con sus haters, de demostrarle a más de uno que sus capacidades han crecido con el tiempo y puede hacer mucho más que una secuela de The Epic.

Comenzando por el sonido, hay una grandiosa mejora en cuanto a la alineación de su grupo de estudio, casi duplicando el número de instrumentos que utiliza su pequeña gran orquesta y, obviamente, la cantidad de músicos en ella. Primer gran acierto de esta actualización: el tratamiento de los coros, hablan demasiado de la relativa sabiduría con la que está estructurada cada canción del álbum y siendo el elemento que más resalta y una guía de escucha durante las primeras vueltas, delatan variedad tan sólo en su uso y posición. Los coros se utilizan como complemento de canciones grandilocuentes ("Fists of Fury", "Testify", "One of One", "Will You Sing"), pero también se vuelven el centro gravitatorio en su mitad más contemplativa ("The Space Travelers Lullaby", "Show Us the Way") y en sus mejores instancias es un recurso melodramático para proporcionar algo de emoción y formar puntos de quiebre ("Connections"). Sin embargo, no roban el reflector. De hecho, no hay un reflector que apunte a un integrante en específico la gran mayoría del tiempo, puesto que los instrumentos principales tienen su equivalente para replicar y expandir las posibilidades de cada nota (dos baterías, órgano, piano y teclado, flauta y oboe, bajos eléctricos y contrabajos...), se aprecia el esfuerzo de hacer sonar al grupo en conjunto, muy a pesar de que esto acentúa un sentimiento de irregularidad tonal cada que el ritmo se acelera o se ejecutan solos. Dividir las dos baterías en ambos canales de sonido es una decisión que se ha aplaudido mucho a los últimos lanzamientos de Thee Oh Sees y en el presente trabajo queda demostrado que no hay mejor tratamiento posible para degustar percusiones polirrítmicas.

La primera mitad, Earth, es perfecta para abrir el álbum, puesto que contiene la faceta más "terrenal" y común de Washington. Desprende pasión y energía desde la abridora "Fists of Fury", se mantiene interesante con cada cambio y mezcla de estilos conforme avanza el tracklist y sólo hasta afianzar un buen tiempo de reproducción, ya en la recta final, despega a la estratósfera con la furia de "One of One". Ocho canciones definidas, amigables y extravagantes que guían al escucha hasta la sección donde nos espera lo mejor de su autor.

El espectro de Heaven es mucho más difuso y abierto que su antecesor inmediato, donde el mejor argumento a su favor yace, donde la ambición y libertad para llegar a nuevos extremos no tiene límite aparente. Y es que la falta de definición en estos 8 tracks obra a favor de una escucha más aventurada que no está sujeta a estructuras. Es fácil apostar por las movidas extravagantes y solos imprevistos, que es bastante de lo que sucede aquí, pero el logro radica en cómo finiquita y vuelve pasajes de ritmos distintos e interconectados, una canción entera. Ahí tenemos "Vi Lua Vi Sol", que se despunta periódicamente y tiene más picos altos que bajos, pero sólo hasta el final termina de mostrarse por completo, justificando sus 11 minutos. Tenemos también una "Street Fighter Mas" redundante que de no ser por sus aires de himno vanaglorioso (spoiler alert: en realidad lo es) podríamos retacharla; tenemos un segundo CD que por sus aires de improvisación es más fácil de demeritar que la primera y aun así la supera con creces.

Ese es el doble filo con el que juega Kamasi Washington, arriesgando y ganando la mayor parte del tiempo porque a diferencia de su primer trabajo, aquí se encuentra más sabio, confiado y experimentado. Conserva de The Epic el colocar las pocas canciones vocales como puntos de control del álbum, haciendo fácil de identificar y digerir como un todo. Y es que uno de los motivos más pesados que tienen sus detractores para llamarlo "desperdicio de talento" o "compositor de humo" es porque sacrifica la posibilidad de hacer 3 horas de música retadora y compleja a cambio de hacer una escucha más casual y "sencilla", que por encima se ve banal pero detrás carga una abrumadora cantidad de elementos y músicos dedicados a un sector más amigable y abierto.

Podemos resumir todos los logros de Heaven and Earth en "The Psalmnist", canción original de Ryan Porter que había sido lanzada por el trompetista hace unos meses en The Optimist, que recopila sus sesiones con el supergrupo que había armado hace 10 años. Aquí tenemos dos puntos de vista de un mismo corte, con distintos enfoques. La versión de Washington gana por mucho debido a la exponenciación que le aplica (incluye "doble solo de batería", de saxofón y trompeta) sin desmarcarse del tono general ni melodía principal, catalizando los mejores elementos de Heaven and Earth y, al mismo tiempo, dejando un registro viviente del crecimiento como músico de Kamasi.

Es cierto que las influencias que inspiraron este trabajo están tan remarcadas que hacen que caiga muchas veces en lugares comunes, que rebusca ideas para mantenerse fresco, que sus argumentos para dar algo nuevo al género del Jazz nuevamente son pocos, pero cuando suena el tercer CD y nos fijamos en sus covers a Carole King y The Five Stairsteps, en la naturalidad y calma despegada de concepto de sus 3 canciones inéditas y la progresión independiente que nos proporciona en estos 40 minutos y 5 tracks aparte, podemos darnos cuenta de que los intereses de Kamasi, a final de cuentas, están en divertirse, explotar su talento para causas ajenas con elementos de su vida propia con el que muchos nos podemos identificar. Que no necesita ser un nuevo Sun Ra ni Pharoah Sanders o seguir los pasos de Miles Davis para superarse con cada entrega, expresarse y entregar música de calidad.
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82%


Earth
02. Can You Hear Him
03. Hubtones
04. Connections
05. Tiffakonkae
06. The Invincible Youth
07. Testify
08. One of One

Heaven
10. Vi Lua Vi Sol
12. Song for the Fallen
13. Journey
14. The Psalmnist
15. Show Us the Way
16. Will You Sing

Por: Sebastián López

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