Delta
Island Records
16/Nov/2018
"Una novela con drama pero sin trama"
En los eternos dimes y diretes entre la prensa británica y la estadounidense, donde la americana decía hace unos años que Inglaterra vivía de refritos y Pitchfork acababa con prácticamente todas las bandas de guitarras del país europeo que medios como NME alababan como el siguiente boom, la prensa de la Gran Bretaña, también por aquellos días, una vez en un artículo que dio mucho de qué hablar, acusó a medios de E.U. de fabricar, apoyar y levantar una nueva escena Folk. Como sea, debemos admitir que, aunque fabricada o no, apadrinada o no, dio grandes exponentes que dejaron joyas del género tales como Fleet Foxes, Grizzly Bear, Iron & Wine, Bon Iver, Rogue Wave, Coconut Records, entre muchos otros; dentro de esto, y sabiendo que era algo inminente el crecimiento de dicha escena y que incluso los oriundos de Europa (Laura Marling, The Tallest Man On Earth, Villagers, Damien Rice) se quedaban atrás en cuanto al extra de calidad e invención comparados con sus competidores americanos, aquellos países del viejo continente se dieron cuenta que faltaba el artista para grandes masas que se levantara dentro de este estilo. Así que ya un poco tarde pero seguro, en el año 2010 debuta Mumford & Sons con Sigh No More haciendo todas las cosas necesarias para ser el llena estadios del género: épica, dramatismo, letras sobre amor, grandes coros para enormes espacios... y vamos, era una vacante que en ese entonces, estaba disponible en la vitrina popular.
Por Sigh No More y Babel, le funcionó a raudales a la banda británica; envueltos en banjos, mandolinas, timbales, trompetas y liderados por la campirana y poderosa voz de Marcus Mumford, se convirtió en una combinación ganadora y garantía para las grandes arenas a lo largo del mundo. Nunca fue la agrupación más alabada dentro de la crítica profesional pues era como tener cualquier banda de Pop super-ventas, con los clichés necesarios, pero con una nueva instrumentación, mas éso mismo, los hacía valiosos para muchos de sus seguidores. Luego vino un parteaguas con su 3er placa Wilder Mind dirigida por el productor que hace unos años, llevó a muchas bandas Alternativas, a lograr su disco consagratorio entre la calidad y lo comercial: James Ford (que trabajó con Arctic Monkeys o Foals en esos mismo años). Aquel del 2015 fue un excelente compendio donde la banda cambió los banjos y el melodrama, por la clásica canción de Rock Pop británica de versos fáciles, de estribillos memorables, un disco que el mismo Coldplay se saltó entre Viva la Vida e irse al abismo de la mediocridad artificial posteriormente, y eso, a pesar de cualquier buena o mala reacción, fue un gran disco tratándose de Mumford & Sons.
Con Delta, dejan claro que tal vez este camino a un estilo más convencional es uno sin retorno, la diferencia es que se nota que aquí se han querido graduar en un nuevo nivel donde creen poder ser la banda épica y grandilocuente de los primeros álbumes, equilibrar su cara orgánica con la eléctrica, hacer guiños a cosas fuera del guión como el Jazz, el R&B o el Hip-Hop -que lo han dicho en entrevistas- pero la verdad es que de todo lo anterior, nada deja resultados favorables. Quizá el mejor punto es que el disco suena limpio, impecable, a pesar de tener la ambición de imprimir varias ideas nuevas, y con todo y que no se materializan como debiera, el lienzo nunca queda manchado. Puntos en esa casilla para el productor estelar de la industria Pop: el señor Paul Epworth.
Las banalidades de la banda están presentes, de nuevo, desde el acto abridor. Una "42" que comienza cálida, casi a capella por una hermosa armonía a 4 voces elevada por un pad de batería sutil, pero vaya, quizá sea una de las peores canciones de la banda donde no se esfuerzan ni un poco en no hacer obvio el truco de pasar del punto a al punto b, de intimo a ruidoso, de una manera tan predecible y vacía. A eso vuelve Marcus y compañía, a la vieja fórmula aunque también en otros cortes no lo quieran hacer tan obvio y aunque en materia instrumental, hayan conseguido un nuevo nivel. Tomemos de ejemplo "Beloved", que tiene un bombo palpitante que contagiará las palmas en un show en vivo, conducción acústica y una cuerda de banjo insistente fusionando bien el antes y el ahora del grupo hasta que se libera una cascada corriente hacia el último tercio, cada vez con más intensidad y coros en masa para llenar los espacios en blanco. Lo mismo ocurre en "Slip Away" aunque se agradece la fusión ritual con toques digitales, pasa en el interludio innecesario llamado "Darkness Visible" con una voz narrando y un telón de violines tétricos sin sentido alguno, creciendo porque sí y llegando al punto donde el volumen es tanto que el sonido mismo se distorsiona en los altavoces. Esa es la manera en que la banda logra canciones estruendosas y aparentemente grandilocuentes, únicamente saturando y alzando el volumen, y aunque es obvio, al menos podríamos decir que los singles presentados pueden ser rescatados, como en "If I Say", tema que que cuida su ensamble y anda con más mesura entre pianos, efectos electrónicos y unos acentos de cuerdas que juegan su propia línea consiguiendo de buena manera que la voz de Marcus llegue por algunos segundos a las fibras internas del escucha, lástima que sólo sea por escasos segundos.
Sucede en general, algo extraño que es difícil precisar si es bueno o malo, porque una cosa que siempre resulta digna de aplaudir es cuando un artista sale de su zona de confort en busca de nuevas cosas, al menos para su propia carrera. En este caso, Marcus y sus secuaces salen y andan caminos hasta más cerebrales; "Picture You" es una pieza de R&B con bases electrónicas que suena muy sofisticada, lo mismo en el mejor tema, "Woman", con una confección tan microscópicamente cuidada que llegan a ser semejantes al mejor Alt-J de This Is All Yours, y todo esto deja fragmentos donde queda claro que la banda podría jugar en otras ligas de complejidad. Pero entonces esto no parecen los Mumford & Sons clásicos, y si no hay una "Guilding Light" dispuesta a darte un verso y un coro Pop desechable con tendencia a expandirse en falsa épica entonces no habrían esas canciones con las que los fans se habrían de identificar, pero hasta para esto a veces suenan perdidos y desubicados, tardan en hacer esas transiciones, no hay sustancia, siempre falta un eslabón hasta para ser el grupo de Babel, el de Wilder Mind, o el de los momentos más exquisitos del mismo Delta. Ahí está "The Wild", con 4 minutos de nada hasta que se levanta una banda sonora épica que parece el fondo de alguna escena triunfal de una película de temática medieval pero no llega a ningún lugar, sólo es silencio desaprovechado. Con "Wild Heart" y su intimidad acústica, acordeón y piano podrían darnos un momento de contacto emocional puro como los de Damien Rice o Ray LaMontagne, pero fuera de la teatralidad, parece que no pueden lograr dicho contacto. En "Forever" intentan con los sintetizadores de voz y el resultado parece ser interesante pero tener referencias inmediatas parecidas como 22, A Million de Bon Iver no ayudan, de cualquier modo, esos chispazos nunca se desarrollan en algo más, y para el auxilió están piezas como la homónima "Delta" que siempre regresarán todo a la normalidad de saturar el espectro de sonido para que parezca que está ocurriendo un caos emocional.
Al final, el disco parece largo, son 14 canciones y más de una hora de música donde irónicamente cuesta mucho distinguir unas canciones de las otras. En resumidas cuentas hay muchos minutos donde parece que no ocurre nada, y otros donde roba la atención porque el volumen está a tope. Hasta la portada es aburrida, sosa, estéril... lejos de transmitir algo minimalista o simple pero bello, parece inerte, de un color muerto. Llegó a augurarse algo interesante por descripciones que había dado Ben Lovett en entrevistas, que aunque básicamente decía que el disco trataría de lo mismo "divorcio, depresión, drogas y muerte", al menos se había ideado un guión diferente para decir lo de siempre. Y es entonces una doble decepción que el disco de una banda comercial no tenga el potencial de superar sus hits para masas del pasado o concentrar su estilo en excelentes, compactas y emocionantes canciones Rock Pop como las de Wilder Mind. ¿Qué quieren ahora? ¿Ser el U2 del género? esperemos que con un siguiente disco la respuesta a esta pregunta sea un: no.
24/v/2RXXvhQ0/file.html
48%
01. 42
02. Guiding Light
03. Woman
04. Beloved
05. The Wild
06. October Skies
07. Slip Away
08. Rose Of Sharon
09. Picture You
10. Darkness Visible
11. If I Say
12. Wild Heart
13. Forever
14. Delta
Por: José Marr Seguir a @JR_Marr
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