The Slow Rush
Island Records
14/Feb/2020
"Siguiente paso, lento pero seguro"
2020 marca el décimo aniversario desde que Tame Impala pasó de ser un grupo de nicho, de ligas "indies", a postularse como una de las mayores promesas de la psicodelia australiana con la publicación de su álbum debut, Innerspeaker. El ascenso meteórico de este proyecto se fue dando gradualmente a lo largo de la siguiente década, conquistando primero a los fans del género y consecuentemente a la crítica apenas un par de años después con el único e irrepetible Lonerism y, al gran público general en 2015 con Currents; haciéndose de un sonido en metamorfosis constante que va de la mano con el crecimiento personal y profesional de la mente maestra que compone, arregla, produce y graba cada canción en estudio; hablamos de ese personaje llamado: Kevin Parker.
Es a partir del éxito masivo con los singles "The Less I Know the Better" o "Let It Happen" que las grandes esferas en el mundo de la música ponen su atención a Parker y le invitan a ser parte de diversos proyectos como productor, colocando su nombre en los mismos créditos que Mark Ronson, Kali Uchis, Travis Scott, Lady Gaga e incluso Kanye West, nutriendo éste, de sintetizadores atmosféricos o riffs infecciosos para refrescar y agregar rasgos distintivos a estilos ajenos, y del mismo modo, aprendiendo nuevos trucos para su manual personal y subiendo por los cielos el hype por su próxima entrega bajo el nombre Tame Impala.
Ése es el peso que carga indirectamente The Slow Rush, el de tener que ser un trabajo de élite aún cuando la estética del grupo sea más retraída e impredecible, aún cuando haya que complacer a millones de fans que han de buscar un par de temas dignos de resaltar en el top40 del Pop así como sorprender con la calidad que desbordaron en Lonerism y en menor medida en Currents. En esencia, un disco listo para dar una verdadera patada de inicio a la década de los 20's mostrando una nueva arista de su creador para confirmarse como una superestrella de talla mundial.
Hablando en materia del álbum, el primer elemento a destacar es su vibra bailable. La facilidad con la que los experimentos de loops pasan de ser en sintetizadores a líneas contagiosas de bajo, así comienza "One More Year", dejando en claro también su segundo elemento destacable y definitiva constante de todo el disco: sus capas de sonido maleables e inestables pero por demás envolventes. Quizá la mejor conexión con aquella "Patience" liberada hace unos meses.
Como referente inmediato está "Borderline", que fue remezclada para encajar mejor en el conjunto de canciones a manera de que sus elementos más orgánicos (la flauta, bajo y batería) convivan con el synth letárgico y las vocales difuminadas nadando en cascadas de reverb placentero, resultando en una búsqueda sin fin por disfrutar cada detalle escondido. The Slow Rush gana en cuanto a texturas, siendo su ápice más cercano al eterno Lonerism que aquí encontraremos, pero también el secreto de que esto funcione como una nueva y bien lograda experiencia.
Porque visto por encima, éste pareciera ser un gran LP de relleno, carente de los hits radiales que tuvo Currents o la explosividad de cualquier trabajo firmado por Tame Impala pre-2015, pero en realidad tenemos su trabajo más demandante y absorbente; la mayor virtud aquí es la ambivalencia con la que se pueden escuchar canciones tan ricas como "Tomorrow's Dust" que bien puede ser otro ejercicio exitoso de instrumentos acústicos combinados con trucos de computadora a base de capas sonoras, así como una gran pieza de transición que nos lleva a "On Track" y "Lost in Yesterday", pesos pesados de este compilado.
Otra observación interesante recae sobre la facilidad con la que se puede defender a los cortes que rebasan los 5 minutos a comparación de los más cortos; "Instant Destiny" tiene la melodía más inmediata junto a "It Is True", pero carecen del sentido hipnótico y psicodélico que predomina, distrayendo al escucha con facilidad o dando falsas impresiones del sonido a esperar, terminando por sentirse disonantes. Por otro lado, la joya escondida se titula "Breathe Deeper", el ejercicio más exitoso de combinaciones sonoras, groove insaciable y producción irreal.
Las temáticas que toca The Slow Rush pasan de ser las "típicas" de lo que ya venía planteando Kevin Parker con anterioridad como podrían ser la soledad o superación de momentos difíciles, para ahora ser mensajes bien colocados que podemos resumir con "One More Year" y "One More Hour": el miedo a que el tiempo siga pasando cada vez más rápido y si seguirá siendo la misma persona a través de él; entre líneas podemos cuestionarnos junto a Parker si llega un momento en que podemos decir que estamos en nuestra forma definitiva, o si ya vamos tarde para ese momento; por lo que a veces sólo nos queda mirar hacia atrás para aprender de uno mismo o hundirnos en la nostalgia. En ese sentido literal se conectan "Posthumous Forgiveness" y "Lost in Yesterday" con "Borderline" y "Tomorrow's Dust", al mismo tiempo que todas éstas encajan con la primera y última canción del disco; en la suma de conjunto tenemos a un Tame Impala evolucionado en más de un sentido, dirigidos por un Parker consciente de la necesidad de transmitir sus aprendizajes para cerrar sus respectivos ciclos y avanzar en esta carrera llamada vida.
Por su parte, en el apartado vocal tenemos un refinamiento absoluto en los falsetes de Parker y sabiduría total para colocar pistas de audio fugaces a la hora de simular coros. Se pierde el miedo por sonar totalmente agudo y delicado en pro de hacer una escucha más agradable y profunda en sus mejores momentos. La necesidad de hacer discos nuevos con sonido distinto se vuelve más bien hambre por aumentar su paleta sonora a cada oportunidad y abarcar más sonidos por explorar, lo cual es el mayor acierto de Tame Impala a nivel teórico, pero está sujeto a fallas en la búsqueda constante del sonido definitivo, como ejemplos están el intro alargado de "Tomorrow's Dust" o la saturación climática pero innecesaria en el gran contexto que cierra "It Might Be Time".
Parece ser que el éxito de The Slow Rush se basa más en la expectativa que se tenga En qué tan ciegamente podemos forzar a que nos guste cada canción o que tan decepcionados estemos de escuchar una evolución a la técnica y los remarcados contornos de hit de las grandes piezas de Currents en lugar de volver a la explosividad y efervescencia de Lonerism. Llegamos al punto donde no es posible dar abasto a cada fan de Tame Impala, por lo que la mejor opción es disfrutar de las canciones que nos dejan algo más que relleno de playlist de Spotify, apostarle a las nuevas favoritas de los fans como "Lost In Yesterday" y alabar a Kevin Parker por ser una de las mentes creativas más grandes de nuestros tiempos, que incluso omitiendo el resultado aquí presente, de esto último, poca duda puede haber.
82%
02. Instant Destiny
03. Borderline
04. Posthumous Forgiveness
07. On Track
08. Lost In Yesterday
09. Is It True
10. It Might Be Time
11. Glimmer
12. One More Hour
Por: Sebastián López Seguir a @sebas_0132
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