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4/8/19

ReWired // Interpol: Antics

Interpol
Antics
Matador Records
28/Sep/2004


"La perfecta definición de secuela"

La gran hazaña de Interpol con Turn on the Bright Lights fue diseminar el sonido Post-Punk gótico de los ochentas entre la crítica especializada y el público mainstream que los veía en grandes festivales o acogiendo reconocimiento mundial por haber logrado un primer álbum tan impecable como inesperado, desencadenando un Revival del género que prevalece hasta nuestros días -y hasta me atrevo a decir, que el revaloramiento de Joy Division cuando en artículos sobre Interpol, se les ponía como referencia- pero en su tiempo, los de New York, seguían siendo los raros de la clase; quienes rendían honor a personalidades de culto como Television, Wire y Echo and The Bunnymen con vestimentas opacas, porte frente al público e incluso la manera de agarrar sus instrumentos en vivo, quienes causaban más morbo que emoción al momento de comenzar un concierto y, por supuesto, quienes habían dejado la vara demasiado alta para superar con una próxima entrega. La nueva dirección de Interpol para esta placa fue definida rápidamente y un año después de haber lanzado Turn On The Bright Lights ya se encontraban dentro del estudio, aprovechando la gran cantidad de material que ya tenían escrito, así como el furor creciente que los envolvió durante finales de 2002 y todo 2003.

Analizando el resultado final por encima podemos apreciar un par de factores que definen este nuevo trabajo frente al debut de la banda: en 1er lugar, Antics posee una canción menos, pero ambos se mantienen dentro del marco de los 40 minutos, delatando -en aquel entonces- que se trataba de un trabajo más denso y sustancial. También, con esa estética minimalista en portada y contrastando el tono negro de su antecesor funcionó como reflejo fiel del segundo capítulo de la banda, y redondeando, es de agradecer que Peter Katis haya permanecido como productor, puesto que supo mejorar y redirigir el sonido del grupo aclarando mejor cada instrumento dentro de la mezcla y aportando la sensación pulcra de elegancia semi-británica que emite el aura del CD.

Tenemos el papel de Carlos Dengler como cerebro del grupo tomando las riendas de un bajo impecable y apoyando a Paul Banks para desarrollarse mejor, yendo más allá de sus primeros trabajos donde fungía como compositor y fundador del grupo. Aquí hay un líder empujando a Interpol tras bambalinas y dentro de cada canción guiándoles con líneas melódicas sencillas pero potentes, pasando la estafeta de médula espinal y verdadera base sonora a Sam Fogarino en la batería con percusiones constantes y un par de redobles perdidos que serían sólo la primera muestra de su verdadero potencial como genio de su instrumento.

El caso de Antics es muy particular, porque su apariencia de cierto modo limpia, con fórmula ya definida encaja perfectamente con la definición artística de secuela, mejorando y redefiniendo una estética establecida sin perder sus fundamentos básicos, que son las canciones frías e introspectivas. Desde que comenzamos a reproducir "Next Exit" con su marcha fúnebre y una nueva estética hasta ese momento no mostrada en la banda y su paso a "Evil", son suficientes para colmar expectativas, aquí lo que Interpol mejor sabe hacer es desafiar éstas para manipular lo que uno puede esperar de la siguiente canción y dar esa sensación de satisfacción interminable conforme avanza el disco, muy a pesar de que aparente más ser un un B-Side de Turn On The Bright Lights. Y es que, viendo cada canción a la par de esa obra maestra del 2002, las semejanzas son muy evidentes, ahora que... en la mayoría de canciones el factor sorpresa recae en argumentos más estéticos que compositivos, pero hablando apenas de "Evil", incluso el mismo Paul Banks lo ve como un B-Side. Entonces, ¿por qué los elogios a Antics? ¿Por qué una obra maestra del alternativo de los 2000s? la respuesta es fácil: Antics es un trabajo hecho por amor al arte, que nos muestra la otra cara de la arista de su predecesor pero con más vida y pasión, donde se toman decisiones inteligentes en base a la experiencia y se aprovecha de que sus seguidores les tenían con el estigma de sólo hacer música puramente gótica.

Antics es, por mucho, el trabajo más uniforme y constante de Interpol, donde conviven cortes inmediatos hasta con arquetipo de pop radial como "Evil" con pasajes tan ansiosos y crudos que remembran al estilo de Unwound cuando las vocales de Banks se ahogan entre los instrumentos como al final de "Narc". El cuarteto de Nueva York no toma prestados los elementos que hacen efectivas a estas canciones, sino las adaptan de sus influencias y las manipulan para encajar mediante la constancia, porque Antics también es un álbum que se puede escuchar de principio a fin sin problemas, uno que se mantiene interesante explorando distintas posibilidades al nuevo sonido que presentan como el juego de slides e interacción de riffs durante "Take You on a Cruise".

Las vocales de Paul Banks sintetizan la frialdad del Post-Punk aprovechando recursos como el espacio claro que le abre la mezcla de instrumentos, la facilidad que tenía para cambiar a barítono y bailar entre tenor e incluso bajo al mismo tiempo gracias a su timbre penetrante, separándose más de comparaciones con Tom Verlaine, Ian Curtis e Ian McCulloch para hacerse de técnica y personalidad única, destacando su trabajo en "Lenght of Love", donde su voz queda aislada en el canal de audio izquierdo. Antics también define el sonido del Interpol "clásico" que muchos dicen extrañar, intercalando constantemente una guitarra desarrollando el riff y otra haciendo picking constante, con bajeo guía y una batería discreta que deja terreno libre a Banks, por lo que podemos decir también, que el sonido definitivo de Interpol, se encuentra aquí.

El motivo principal por el que Antics aún no ha caducado es la inteligencia con la que sus canciones fueron escritas, apostando a versos que se prestan a ser citados porque son frases que separadas de su contexto funcionan perfectamente, como el "can't you see what you've done to my heart and soul?" de "Slow Hands" o "if time is a vessel, then learning to love might be my way back to sea" de "Public Pervert". La facilidad que tiene la banda para incrementar la potencia de cada corte y su habilidad para escribir líneas de guitarras punzantes, nos habla de la garra y espíritu que les hacían funcionar como un todo efectivo que en sus momentos de mayor lucidez eran capaces de componer marchas incesantes de porte impetuoso como lo es "Not Even Jail".

Pareciera que "Public Pervert" y "C'mere" son las canciones consagratorias de este Interpol "clásico", aprovechando el hipnotismo de quintas de guitarra para intercalar intensidad y mutar en slides, acentuando el bajeo sombrío para dar apariencia más de complemento que de relleno y culminando el viaje entre ambas con una descomposición decadente que va de la mano con las frases más "citables" que hay en el disco. El nexo entre "Lenght of Love" y "A Time to Be So Small" hace que se sienta como un final grandilocuente para el disco, aportando al sentido de progresión general y volviendo redondo un trabajo que sigue las convenciones tradicionales de cómo estructurar un LP, haciendo ideal la escucha de Antics en vinil, triunfando por encima de Turn On The Bright Lights en este aspecto, como un todo funcional y activo con más canciones que pueden sostenerse por sí solas sin abandonar la chispa que les hizo principal referente de la futura oleada que todavía estaba por llegar.

En conclusión, Antics es el disco definitorio de Interpol, caracterizado por aclarar el sonido y así aprovechar los pequeños detalles para hacerlos crecer como elementos complementarios de cada canción. Aún cuando muchos apenas los perciban a la primera escucha o sean trucos de producción, es el salto de Interpol a las grandes ligas y la confirmación que el mundo necesitaba para darle una nueva oportunidad al género. Para muchos es es la obra maestra de la banda, incluso para sus compositores.

97%


01. Next Exit
02. Evil
03. NARC
04. Take You on a Cruise
07. Public Pervert
09. Length of Love
10. A Time to Be So Small

Por: Sebastián López

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