A Humdrum Star
Decca Records
09/Feb/2018
"Un maestro sobre otro sin estar encimados"
Hasta ahora, 2018 se ha caracterizado por ser uno de los años donde el género Jazz ha tenido la oportunidad de diversificarse a través del florecimiento de propuestas alternativas y su popularización entre nichos más abiertos de internet, así como distintos festivales alrededor del mundo. Y si bien las propuestas más "conservadoras" y grandilocuentes son las que se roban el reflector por su innegable calidad, disqueras como Brownswood Recordings fungen de contracorriente apostando por nuevos talentos dentro de la riquísima escena emergente londinense, misma de donde provienen los tremendos Sons of Kemet y Yuseef Kamal, por ejemplo. No obstante, desde hace un lustro, ha crecido en Manchester el trío más interesante, dedicado y constante del género: GoGo Penguin.
A base de piano, contrabajo y batería, GoGo Penguin han tenido clara su misión de explotar las posibilidades de su alineación poco convencional a través de melodías emocionantes, intercalando su eje guía en distintas ocasiones tan sutilmente que apenas se siente diferencia alguna por encima. Y es que la particularidad del grupo, que al mismo tiempo es su secreto para mantenerse tan constantes desde su debut, es el equilibrio entre sus integrantes, el piano pareciera ser instrumento líder por su presencia y distinción sonora, pero es en el contrabajo donde se encuentran dinamismo y profundidad, mientras que Rob Turner se encarga de hacer a la batería el organismo con mayor rango sonoro, yendo de la espontaneidad a los ritmos constantes y polirítmos con cada álbum. No hay estrella en GoGo Penguin, cada integrante se encuentra siempre en un nivel alto y pareciera que el chiste de escuchar cada álbum es verlos funcionando como un gran todo y esperar a que alguno se robe la atención con algún solo.
Es sorprendente que con 3 álbumes en su haber y sin cambiar la base de su fórmula, ninguno suene igual, ya sea simulando exitosamente destellos electroacústicos en sus álbumes más aclamados (Fanfares y Man Made Object) o inclinándose por los tempos rebajados y contemplativos (en V2.0); la puesta en escena luce prometedora siempre y por donde se le vea. A Humdrum Star se va de lleno a explorar landscapes de tintes electrónicos y reunir sus distintos sonidos bajo este filtro.
Este movimiento y el álbum entero pueden ser definidos por una sola palabra: impresionante. Ya no se trata del grupo que se encargaba de redefinir el sonido de sus influencias, como las atonalidades de Shostakóvich o demás contemporáneos como Schönberg o Stravinski con la paz evocadora del Trip-Hop y baterías que emulan beats electrónicos. Este trabajo los encuentra en su estado zen, donde se han transformado en virtuosos de sus respectivos instrumentos. Por supuesto que aún se mantienen fieles a sus influencias, de hecho, "A Hundred Moons" podría ser un instrumental remezclado de Massive Attack, pero su hipnótica progresión y aura ritual no sólo le salvan cualquier comparación con grupos ajenos sino también entre la misma discografía del trío.
Este sentimiento solemne es el que define a A Humdrum Star entre los demás trabajos de GoGo Penguin. Fuera del track ya mencionado, hay un compilado de canciones vivas, en constante cambio y energizantes marcadas por tres distintos factores: comenzando por la predominancia de atonalidades, Chris Illingworth en el piano las maneja como un maestro y es capaz de impactar al escucha cuando se mueve sobre canciones progresivas como "Transient State"; en segundo lugar, las estructuras completamente cinemáticas que hacen el favor de marcar el arco que recorre el álbum desde su inicio al mismo tiempo que le da particularidad a cada corte por separado, haciéndolo escuchable como un todo y apto para las playlists, dando nuevos valores a las secciones más experimentales o complejas como "Strid"; y por último, la producción, que aparenta un sonido mono, pero divide con sabiduría cada instrumento sobre el rango permitido dentro de ambos canales de audio para que no suene nada encimado y así los momentos donde la banda explota se puedan degustar con calma y desde la perspectiva que se desee.
Nick Blacka en el contrabajo jamás se había escuchado tan imponente y grueso, transformando un instrumento dorsal en un protagonista y "relegando" a la batería de Turner como columna vertebral de cada canción, donde se mueve mejor que nunca. Tomemos "Raven" como ejemplo de esto, donde los redobles de batería mantienen una tensión constante delimitada por Blacka e iluminada por el piano. Las melodías en su gran mayoría poseen gracia, pero no por eso dejan de ser una expresión más docta de cada instrumento, funcionando como uno solo en constante politonalidad. Véase el clímax de "Window" como la muestra más ferviente de esto.
A Humdrum Star es un álbum inquieto, hasta bailable (en "Reactor"), que supo afinarse en las tonalidades correctas para transmitir un nuevo aire electrónico y seriedad de músicos que se han desarrollado como maestros de sus propios instrumentos, es una muestra de minimalismo y virtuosismo exitosa que delata a la banda en su estado más alto y amigable.
84%
01. Prayer
02. Raven
03. Bardo
04. A Hundred Moons
05. Strid
06. Transient State
07. Return To Text
08. Reactor
09. Window
Por: Sebastián López Seguir a @sebas_0132
No hay comentarios:
Publicar un comentario