The Art Of Pretending Swim
Domino Records
21/Sep/2018
"Barroco y minimalista al mismo tiempo"
Dentro del brote de bandas de Folk que hubo por allá a finales de la década pasada, Villagers fue un nombre que nació de igual forma con unanimidad positiva en la crítica con Becoming a Jackal en 2010. Ante el éxito de su debut redobló la apuesta para Awayland en 2013 coloreando con elementos electrónicos y apoyado por la fuerza de una banda completa logrando quizá su disco más ambicioso y realizando un par de éxitos de pinta mucho más Pop ("Nothing Arrived") que lo llevaron a una cantidad más numérica de escuchas aunque no detonando del todo en las altas esferas. El proyecto del irlandés Conor O'Brien volvió a lo más básico, a la intimidad, y para Darling Arithmetic el autor ocupó su guitarra acústica como medio para confesar algunas de sus mejores letras jamás escritas, logrando así, un nuevo grado de profundidad e interpretación en su música que recobró a sus más fieles seguidores y a los más puristas amantes del Folk. 8 años más tarde de su debut, O'Brien sabe que desde su posición, un dueto con guitarra acústica no sea la manera más acertada para lograr que miles o millones de personas lo escuchen a pesar de ser uno de los mejores labradores acústicos de la actualidad con además una sensibilidad para el canto, única; así que por lo que vino revelando en singles y expresado en la misma portada, tenemos ahora una conjunción de su mejor estado primario con una mucho mejor visión para la producción, arreglos y esas incrustaciones electrónicas que tan bien le van.
Conor es un virtuoso del instrumento, pero también es un ser sereno, pensante ante la ejecución, y aquí lo escuchamos con lúcidos arpegios la mayoría del tiempo; sorprende por ejemplo el contemplativo ensamble de "Again", con un oleaje incesante de las cuerdas de nylon, notas de piano, hi-hat y poco a poco se suman más cosas a pesar de que la estructura y el tiempo no cambie, sin embargo, lo que inicia como un paisaje a la orilla del mar, culmina en una ola que se levanta amenazante. De inmediato se devela otra pieza fuerte, mucho más apuntalada, con la fina habilidad del autor para dibujar melodías tersas y dulces en "A Trick Of The Light", como si se tratase por momentos del Radiohead más maduro de los últimos años por una confección musical que gira sobre su propio eje entre synths etéreos, ecos y la incandescente guitarra de O'Brien. Y lo mismo se ha de extender por "Sweet Saviour" con una guitarra más arremolinada y puntos de Rhodes que le dan un toque vintage, así como la dureza delicada de "Fool".
Si por ahí guiños a Thom Yorke y Radiohead había, el momento donde mejor se encuentran estos parentescos yace en "Long Time Waiting", pareciendo a veces una composición demasiado cerebral partiendo desde lo minimalista, entrando de forma brusca con elementos externos como scratch, metales, vientos, gritos, pero afianzando con una pulida melodía. Siendo éste quizá el momento más asombroso de todo el disco. Poco a poco, el porcentaje electrónico le va ganando terreno a lo orgánico; en "Real Go-Getter" se inclina la balanza hacia las pulsaciones llevadas por beats, es un híbrido en experimento que no va a ningún lado pero encuentra su punto medio donde es curioso escuchar las cosas sucediendo, casi borrando de la ecuación de O'Brien, pero aún así es la cúspide interesante entre el casi Trip-Hop de "Love Came With All That It Brings" y ese sueño diluido de "Hold Me Down" hasta recobrar y aterrizar a la normalidad, a los acordes acústicos y la grandilocuencia eclesiástica del cierre con "Ada" que, dicho sea de paso, deja en puntos suspensivos la historia, pues en su último cuarto presenta otro cambio abrupto, nervioso, que parece más el puente hacia algo, que la marca de una conclusión.
Hay una conclusión extraña con The Art Of Pretending Swim, puesto que no es el trabajo que contenga las mejores canciones en la historia de Villagers, pero sí se trata del primer disco donde mejor se puede apreciar su arte de hacer canciones y por momentos nos da vistas y encuadres sorprendentes. Hay secciones donde es un deleite escuchar la claridad de los sonidos, de los arreglos y de los instrumentos sucediendo en los altavoces u auriculares. Como aporte a la discografía podemos decir que servirá como otra afinación para Conor O'Brien, quien se sigue realizando como músico, descubriendo sus horizontes, agregando y quitando siempre sin manchar el lienzo, siempre tan cuidado como la simetría de su portada. Y, con cada paso que da, las cosas se ven mucho más prometedoras; como si se fuera acercando a la tierra prometida.
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79%
01. Again
03. Sweet Saviour
05. Fool
06. Love Came With All That It Brings
07. Real Go-Getter
08. Hold Me Down
09. Ada
Por: José Marr Seguir a @JR_Marr
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