Amo
Columbia Records
25/Ene/2019
"(M)amamos todo"
Bandas icónicas como Blak Flag, Carcass y Bad Brains brillaron cuando la música "violenta" estaba abriéndose paso por la industria musical hacia nichos relativamente reducidos de fans dispuestos a descargar su inconformismo con el mundo y consigo mismos a través de la fiereza de sus riffs o lo agresivo de sus letras; maniáticos Punk que una o dos décadas después inspiraron a los músicos detrás de Suicidal Tendencies, D.R.I., The Exploited y Municipal Waste para cruzarlo con el Thrash Metal que arrasó fugazmente el mainstream con Master of Puppets de Metallica, Practice What You Preach de Testament, No More Color de Coroner y Peace Sells... de Megadeth. La existencia de esta reducida escena sentó precedente inmediato para que surgiera una nueva camada de grupos como Converge, Earth Crisis, The Dillinger Scape Plan, Integrity o por ahí también Groundwork, que no sólo explotaron la arista técnica de este nuevo metal, sino también apostaron por hacerlo más épico usando rupturas marcadas y disonancia pura.
Unos 10 años después, justo la década pasada, estas bandas inspiraron a una camada de niños dramáticos que seguramente vieron en algún documental cómo bandas satánicas de Noruega se pintaban la cara e intentaron emular el estilo con un giro más melódico pero disfrazándolo subiéndole un par de decibelios al amplificador, por no decir que lo volvieron más Pop. Esto encantó a las audiencias más apasionadas y desgarradas, los únicos que podrían disfrutarlo para dar sentido a su vida, para identificarse con algo... así fue como surgieron los "emos" que conocimos en memes y bandas como Black Veil Brides, Pierce the Veil, Sleeping With Sirens, Bullet for My Valentine y básicamente el 90% de nombres que compusieron cada año el cartel del Vans Wrapped Tour, que, por cierto, murió el año pasado.
Y podemos culpar al mundo contemporáneo que se preocupa más por ritmos pseudolatinos y K-Pop, al globalismo por hacernos llegar nuevos sonidos y posibilidades con nuevas máquinas de música, a muchas de las bandas de la última ola Metalcore por ser copias o de plano malas -o como dice Luis Miguel- a la noche, a la playa o a la lluvia, pero el chiste es que este género está en decadencia, por no decir prácticamente muerto, donde sólo actos puristas y de calidad arrolladora como Converge siguen activos, hombro a hombro con actos de otras camadas como Bullet for My Valentine que diluyeron su sonido, Black Veil Brides quienes de alguna forma siguen siendo un chiste y aquí en el esplendoroso nombre de Bring Me the Horizon, quienes de plano se pasaron al Pop electrónico como una opción barata de evolución como un escape a la mermada voz de su vocalista o porque prácticamente se quedaron sin ideas.
El quinteto británico ícono del género por definir sus aproximaciones más melodramáticas e intensas con Suicide Season del 2008 y lograr su obra definitiva que baila entre chispazos de synths con guitarras de influencia Post-Rock en 2013 con Sempiternal vuelve este 2019, después de su aparentemente disco obligado de sonido rebajado llamado That's the Spirit, para renovarse por completo con Amo; trabajo que apunta a nuevas esquinas para la banda pero no tan nuevas para el género al que se transformaron. Y es que la electrónica no es algo ajeno para la banda, han hecho tours con DJ's de dubstep como teloneros, un álbum de remixes para Suicide Season, así como muchos remixes electrónicos sueltos e incluso reemplazaron la salida de su guitarrista Jona Weinhofen volviendo parte de la alineación oficial al chico que les ayudaba de vez en cuando haciendo adornos de sintetizadores para cuando Sempiternal estuvo terminado.
Amo extrae la mejor noción de Oliver Sykes y compañía para evocar sentimientos de epicidad momentánea, hace palpable la urgencia de sus compositores por hacer algo distinto para sí mismos. El rasgo más destacado y digno de reconocer aquí es que no desaprovechan ningún instrumento, cada integrante se encuentra tocando una línea en la gran mayoría de las canciones, tal como se aprecia a lo largo de "In The Dark", donde utilizan cada truco del manual para mantener un avance variado y verosímil durante 4 minutos y medio. Se manejan satisfactoriamente tanto los conceptos de "canción electrónica con adornos de guitarra" como el de "canción de guitarra con adornos electrónicos", junto a un intro e interludio de texturas interesantes.
Y mientras, tenemos espacio para la inmersión en momentos aislados como "Fresh Bruises" o "Nihilist Blues", cortes que borran la línea del Electropop y el Tech House contemporáneo, éste segundo con Grimes de invitada para proporcionar el giro de Trance y Darkwave que le pone por encima de los demás. Y ya que estamos en territorio de artistas invitados, Amo cuenta también con Dani Filth, vocalista de Cradle of Filth para proporcionar un necesario punch de decadencia en la brutal "Wonderful Life" y también aparece por aquí Rahzel, beatbox del legendario grupo The Roots dando cátedra de sus habilidades en "Heavy Metal", muy a pesar de que samples vocales y adornos de synths arruinen su aparición y dando un falso sentido de ser pasaje críptico en lugar de dejarlo desenvolverse orgánicamente, lo cual es el concepto básico del human beatbox.
Eso es lo que mejor le sale al grupo a lo largo de Amo: dar falsos sentimientos, proporcionar ilusiones. Comenzando por el falso sentimiento de versatilidad proporcionado simplemente por encimar capas de sonido, adornos y riffs medianamente sincronizados al mismo tiempo en muchas canciones, a veces dando en el tino, como al final de "Wonderful Life" y a veces arruinando secciones enteras de canciones, como ya mencionamos. Tenemos también el falso sentido de profundidad lírica y versos emocionales e irreverentes, puesto que Amo contiene las letras más fáciles de toda la carrera de Bring Me the Horizon, lo cual pareciera ser lógico en un LP donde importan más los nuevos sonidos, pero aquí llegamos a un nível todavía inferior; si no le podemos considerar de irreverente es porque pareciera que no saben utilizar este recurso arruinando así el sentimiento de nihilismo o inteligencia lírica en más de una ocasión, a veces echando abajo la sincronía de los versos y la melodía como el "can I have your atention please?" en "MANTRA", mientras que rebasamos los límites infantiles forzados a ser edgy con "You could tell the Messiah his pants are on fire, I'll politely decline" de "Sugar Honey, Ice & Tea".
Y también tenemos la ilusión de que este álbum es mínimamente digerible con sus toneladas de efectos artificiales y distintos estilos, de que puede ser una experiencia totalmente inmersiva, pero cuando hay cero cohesión entre cortes, cuando la introducción e interludio, ambos parecieran ser chispazos venidos de la nada entonces llegamos a un punto que habíamos tocado en la reseña a Virtue de The Voidz: en la era de la playlist es fácil copiarse o "adaptarse" a estilos ajenos y ponerlos uno tras otro casi sin importar su secuencia, lo cual suena cool porque puedes tomar por separado el estilo que te interese y meterlo en todas las playlist de la página principal de spotify, pero matas el sentimiento de que el álbum se sienta como un todo uniforme. Síndrome de su mudanza al Pop, a un Pop que no le importan los álbumes cuando los singles se pueden vender mejor.
El problema no es tanto la facilidad por elegir la mejor canción en Amo, sino que es difícil elegir sólo una para coronarla como la peor del disco, teniendo "Medicine" y las regresiones constantes a obras maestras como One More Light de Linkin Park (jaja) o algo que Imagine Dragons harían si quisieran volverse "heavys". Ahí están "Why You Gotta Kick Me When I'm Down" y "Mother Tongue" peleando por saber cuál es más olvidable y, por supuesto, "MANTRA" dándose tiros en el pie. Todo esto una gran muestra de que el Pop de radio se ha vuelto estándar y pareciera que todos estamos contentos con eso, con la salida fácil, pero bueno, al menos Bring Me The Horizon todavía no le piden un dueto a J Balvin, o están haciendo Trap o el mal llamado Urban Latin.
Entonces... fingir que se tiene mente abierta y ponerse receptivo con los nuevos géneros que prueban aquí Bring Me the Horizon, no justifica para nada que metan con calzador un álbum de electropop mediocre, o que se llame evolución sólo porque ya no suenan "igual" a antes. La peor parte viene cuando alguien realmente de mente abierta llega a señalar que "Ouch", el auténtico punto brillante del disco, es buena porque no suena a BMTH, sino a Iglooghost y su "New Vectors", reforzando el sentimiento de cero autenticidad que nos trae el saber que las canciones con featurings son fácilmente las mejores sin ser tan buenas. Por otro lado para el fan promedio parecerá que "Sugar Honey Ice & Tea" es la mejor canción por el hecho de tener guitarras, ignorando que es la variación más débil y automática del screamo que usualmente manejan.
Y muy a pesar de que este álbum nos deja expectantes a lo próximo que pueda hacer Bring Me the Horizon, la verdad es que Amo no es precisamente un buen álbum, y no por que ahora sea más Pop que nunca o porque no sean cómo antes, sino porque es un punto de transición necesario que en retrospectiva bien se puede ver como un paso en falso o como el obligado álbum de experimentación mediocre que dio paso a mejores trabajos. Si es que consiguen algo mejor.
48%
01. i apologise if you feel something
02. MANTRA
03. nihilist blues (feat. Grimes)
04. in the dark
05. wonderful life (feat. Dani Filth)
06. ouch
07. medicine
08. sugar honey ice & tea
09. why you gotta kick me when i’m down?
10. fresh bruises
11. mother tongue
12. heavy metal (feat. Rahzel)
13. i don’t know what to say
Por: Sebastián López Seguir a @sebas_0132
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