Punisher
Dead Oceans
18/Jun/2020
"Y liberador"
No hay duda que los últimos meses, han sido quizá los más relevantes en la carrera de Phoebe Bridgers, porque parece que de repente ha sido la revelación del 2020 pero en realidad, la chica californiana ya lleva casi un lustro en esto de hacer música. Cosa curiosa porque no me parece que sus 2 trabajos de estudio, disten casi nada en cuanto a propuesta ni calidad. De hecho me inclinaría más a favor de su Stranger In The Alps del 2017 por una "Motion Sickness" que no le pide nada a "Kyoto", una "Scott Street" y su doble voz tan dulce o "Would Be Rather" donde ya se aparecía Conor Oberst como uno de los "padrinos" en la carrera de Bridgers. Pero es más bien el cómo se ha movido estos años para empezar a hacerse de un lugar en el que antes estaba algo perdida entre varios nombres más que tienen digamos la misma oferta (Soak, Snail Mail, Big Thief, Julia Jacklin, Julien Baker, o hasta Angel Olsen). En este último par de años también, ha estado con la misma Julien Baker y Lucy Dacus en un álbum que lanzaron con el nombre de Boygenius y de nuevo con Conor Oberst en Better Oblivion Community Center, teniendo además featurings con varios artistas, uno de ellos con Lord Huron que de hecho aparece en el sountrack de la serie 13 Reasons Why, pero más importante sin duda, el que tuvo con Matt Berninger de The National con el tema "Walking On A String" y muy a la par, estar junto a Mercury Rev en esa revisión al The Delta Sweete de Bobbie Gentry apenas el año pasado.
Bastante hemos tenido para irnos familiarizando con el nombre de Phoebe Bridgers, y la verdad basta que en este nuevo Punisher -que, sin ánimo alguno de demeritarlo- reafirme y refuerce lo que ya había mostrado en Stranger In The Alps, apuntalado con un par de canciones con pinta de ser clásicos de su repertorio y, sobre todo, lo más importante, mantener ese don de la escritura, de la narración y de la melancólica dulzura de sus letras e interpretaciones, que retratan mucho de estos a veces incurables males emocionales de la generación Z. Dar voz a esos sentimientos con esa frágil pero angelical voz ya ha robado definiciones como "la voz de una generación". Definición por supuesto osada, pero que, a veces hacer que lo ordinario no lo parezca, y plasmarlo de manera tan clara, es una virtud que pocos tienen con esta clase.
Escuchando su nuevo éxito "Kyoto", combina un poco del sentir de su última relación con una desvanecida ilusión por tocar en Japón retratando cosas tan vagas de esas escenas pero necesarias en la historia que nos cuenta la canción. Un tema dulce pero con un nerviosismo latente que se desahoga con eficacia en su estribillo, y alcanza un pequeño momento de gloria con sus agregados de trompetas y cuerdas. El otro tema de gran peso emocional se llama "ICU" donde sencillamente habla de la ruptura que tuvo con su ex baterista, y sirve para dejarle otros recados como que odiaba a su madre. Particularmente las 2 canciones ya mencionadas, con la reiteración a su fuerza y dramatismo, junto a una más calmada y campirana "Garden Song" dejan oír parte de esta identidad que Bridgers trae para este material; ese Folk espesado con apenas el palpitar de un bombo y bajo aterciopelados y donde, apenas brillan unas cuerdas de nylon junto a su nítida voz.
Realmente es el tiempo que mejor se le da, la calma. Contar algo y que lo demás se mueva a su alrededor, de nuevo en "Moon Song" parece que la interprete está al borde del llanto, entre líneas cuenta que ella y la otra persona odian "Tears In Heaven" de Clapton y que discutieron por John Lennon, con ese nivel de detalle describe la situación para dar paso a uno de los lapsos más puros del compendio. Es "Savior Complex" el único tema donde parece que es de día, con una mandolina se esclarece todo a su alrededor y convierten los 4 minutos más bellos del disco. Por último, también hay un par de actos donde se le da conectar ambos extremos; "Chinese Satellite" y "I Know The End" son canciones que comienzan en la calma y espiritualidad y terminan en un caos, la primera con una batería lejana y explosiva y la 2da, que es la concluyente del álbum, terminan por juntar todo lo que se hizo presente en Punisher, trompetas, coros, cuerdas, metales, soltando un par de gritos donde se deja las cuerdas vocales para que quede claro, que como lo indica la canción, es el final.
Retomando lo del comienzo, no es que Punisher sea el disco que venga a salvar el 2020, es más bien una convincente obra que ratifica las expectativas que ha creado sobre su estilo y gama de artistas con las que de cierto modo compite. No es que Phoebe necesite agitar demasiado su carrera para robarse los reflectores, parece que lo de ella es ir avanzando de poco, construyendo esa posibilidad de que en el futuro haga ese disco que la defina para siempre. Al menos este Punisher nos asegura que va en la dirección correcta.
74%
01. DVD Menu
04. Punisher
05. Halloween
06. Chinese Satellite
07. Moon Song
08. Savior Complex
10. Graceland Too
11. I Know The End
Por: José Marr Seguir a @JR_Marr
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