Arcade Fire
Funeral
Merge Records
14/Sep/2004
"Las dos caras de la moneda"
Hay álbumes que marcan un antes y un después en la manera de hacer o escuchar música, álbumes que no sólo prueban nuevas maneras de hacer las cosas y combinaciones de sonidos, sino también demuestran su efectividad y aportan un respiro de aire fresco tan grande que inspiran a infinidad artistas y de manera indirecta cambian paradigmas enteros de cómo ejecutar uno o más géneros. Hace 15 años llegó a nosotros el disco que desdibujó la línea entre la música barroca e Indie Rock para cambiar la forma en que percibimos la delicadeza en un ambiente enérgico y mostrarnos las maneras más efectivas de juntar cánticos hímnicos con la simpleza directa del Rock.
Y tal como sucede con muchas obras maestras, es en realidad la junta de factores únicos y prácticamente irrepetibles lo que prepara el camino para obras igual de únicas: en este caso se combinan los gustos particulares de sus creadores por la música rica en expresionismo, ya sea en pro o en contra de la riqueza sonora (como The Magnetic Fields o Neutral Milk Hotel), el hervidero de mentes creativas provenientes de otros grupos que aportaron lo mejor estando en sintonía dentro de esta alineación, la visión para estructurar canciones y las constantes muertes entre seres cercanos a la banda terminaron por permear cada elemento que compuso Funeral, el disco con el que Arcade Fire irrumpió en el mundo, en el lejano año 2004.
Hablar sobre Funeral implica también hablar sobre cómo lograron plasmar energía cinética tan luminosa que equivale a un rayo de sol a través de arreglos semi-orquestales. Pero hay momentos que no se plasman con palabras; en varias canciones de este Funeral los climax no son necesariamente los extribillos, los climax no son necesariamente picos álgidos, a veces es un movimiento, un momento calmo, algún arreglo, algún coro conjunto, la voz de Win Butler a punto de resquebrajarse... etcétera. Por ejemplo cuando el coro de "Laika" despega interpolando un violín tenso con la fuerza de guitarra, batería e incluso un acordeón; basta con escucharlas para remitirnos a los elementos de las canciones que tanto le hemos disfrutado a grupos como Modest Mouse o The Shins pero aquí vueltos a construir con un eje centrado en la protesta, y en la gran pasión por dar un despegue catártico. No se puede reducir a Funeral a unos cuantos adjetivos, y es que conforme avanza cada canción se renueva la energía que Arcade Fire trae a la mesa: con el confort de sus canciones más acústicas evocan distintos estados emocionales, el valseo de "Crown of Love" no es el mismo rasgueo baladero que contiene "Une Année Sans Lumiére" y no tienen porque serlo, puesto que revelan las aristas más personales del grupo y su dualidad entre capacidad para hacer canciones melodiosas llenas de vida al mismo tiempo que se dejan llevar por un sentimiento de nostalgia intermitente.
Funeral es un caso donde la música se beneficia de sus limitaciones: la teatralidad con la que despliegan cada corte es vista a través de un filtro opaco casi granulado gracias a su producción amateur que deja muchas veces instrumentos enterrados bajo la misma ola de instrumentos, volviendo una alineación digna de carnaval en sus momentos de mayor triunfo (como al final de "Rebellion"), belleza fría en su máximo esplendor por decirlo de alguna manera. Aquí también juega a su favor el contar con guitarras en segundo plano y mayor enfoque en arreglos preciosistas por parte de toda la formación, porque cuando se junta su arsenal, lejos de sonar saturado, obtenemos algo grandilocuente. De ahí, "Wake Up" permanecerá siempre como el himno de Arcade Fire, su canción más coreada en vivo gracias a ser su mejor esfuerzo canalizando alegría, euforia y nostalgia en un prisma hímnico, reluciente de detalle y corazón. El magnetismo y carisma de Win Butler como vocalista se mantiene gracias a la timidez fúrica con la que se desenvuelve como rostro de la banda; hay fragilidad en cada sostenido, en cada sing-along que canta, pero no se descompone por la fuerza con la que se entrega, aunque lo haga en francés o cediendo el micrófono a su espesa Régine Chassagne, el común denominador sigue siendo la pasión y el sentimiento que irradian, permitiéndoles encajar con tan particulares instrumentales, tanto así que no es lo mismo escuchar a Régine haciendo segundas voces que en la solemnidad y delicadeza calypso de "Haiti". Se dejan también continuos mensajes al público más joven a favor de ser algo más que sólo 40 minutos de melodías, sino un ejercicio de descubrimiento a consciencia, algo de lo que la banda haría una marca particular en obras posteriores pero que en 2004 con "Power Out" quedó como el ejemplo flagrante.
A Arcade Fire no se les puede comparar con The Divine Comedy o Spiritualized aun cuando sobre el papel tienen casi los mismos argumentos musicales, en este caso porque la inclinación del grupo no está en seguir los lineamientos más doctos de la música de cámara ni son un medio del autor para reflejar sus talentos como compositor, el enfoque aquí es más centrado hacía el expresionismo en un estado puro, al querer encontrar una manera para describir la cara más cruda de la vida sin olvidarse de lo bello que es vivir. Porque Funeral se trata sobre la dualidad de la vida; no nos enseña que abarcar más instrumentos hace tu música buena en automático, sino que las combinaciones suman a favor cuando estás al servicio de un sentimiento, cuando la mejor guía son los sentimientos se acaban las barreras. Poder decir tanto sobre el mundo y al mismo tiempo sobre cada persona que lo habita individualmente es uno de los mayores logros que Arcade Fire pudieron alcanzar con su disco debut, es el motivo por el que Funeral siguen siendo un trabajo tan universal y atemporal, es la magia y posibilidad más pura del arte. Uno de los grandes discos de la historia.
100%
01. Neighborhood #1 (Tunnels)
03. Une Annee Sans Lumiere
05. Neighborhood #4 (7 Kettles)
06. Crown of Love
08. Haiti
10. In The Backseat
Por: Sebastián López Seguir a @sebas_0132
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