Violet Street
Loma Vista Records
26/Abr/2019
"Andar dos veces el camino"
Local Natives es una de las bandas más interesantes de la actualidad, una banda que ha sabido exponenciar de maravilla y adaptar virtudes que se han escuchado en otros grupos. Su debut Gorilla Manor sigue ahí como un cuadro precioso y potente con la versión más grande de lo que son capaces de hacer; melodías sublimes y sensibles pero con una fuerza primitiva -también en cuerdas y bajo- canalizada además en armonías angelicales sustentadas por percusiones de ascendencia Afro, inestables y a la vez complejas. Unos años más tarde de eso y luego de conocer y trabajar con Aaron Dessner, la banda consiguió un nuevo enfoque con Dessner quien supo guiar, apaciguar y serenar su estilo. Productor que capturó quizá las canciones más bellas que ha hecho el grupo jamas en Hummingbird del 2013. Entonces, el 3er disco fue un paso difícil, uno donde se salieron por la tangente dejando a un lado todo el avance conseguido tirando hacia un lado completamente de Pop lustrado y sobre producido (para el estándar que acostumbraban) conducido por el sentimiento de incertidumbre política que vivía E.U. por aquel entonces, arrojando un resultado que dividió opiniones y seguidores.
Ciertamente, la personalidad primigenia de la banda aún tenía mucho por dar como para concentrarlo y llevarlo hacia el Pop de tendencia que, dicho sea de paso, pudo ser una salida fácil para un 4to trabajo de estudio y seguir sin complicaciones. Sin embargo y afortunadamente los primeros en darse cuenta de la situación fueron los mismos integrantes, quienes volvieron a los hábitos que tomaron para su primer par de placas y ¿cómo no? encontrando la inspiración para componer en tierras mágicas mexicanas y así devolver un perceptible acabado rupestre y muy acogedor a la mayoría de las piezas encontradas aquí.
Los 2 primeros sencillos lanzados son las piedras angulares del compendio. Por un lado "Café Amarillo" dejó oír la serenidad contemplativa, la fragilidad y claridad sentimental. Matt Frazier volviendo a estos brotes de tambores con enorme usanza de los sidesticks para dar esos acabados únicos como en Gorilla Manor. Kelcey Ayer no podría estar más fino y terso en sus versos y sus compañeros no más cálidos. Los violines acentuando y las cuerdas de guitarra con movimientos libres dejan apreciar que la sintonía entre los integrantes está más afinada que nunca. Por otro lado "When Am I Gonna Lose You" esta vez con la suavidad vocal de Tylor Rice por delante, construye una de las canciones más hermosas y directas que ha firmado Local Natives a la fecha; un hit. El mensaje y el mood no puede ser más claro: el temor a una pérdida. Por momentos casi parece quebrar la voz de Rice y la canción va a lo suyo, a buscar su climax y el desborde emocional, lo cual, consigue en sus emocionantes segundos finales.
Lo que queda claro es que la raíz de la banda está ahí, intacta, y el sentido para componer canciones efectivas y sentimentales, ha encontrado el mismo fin sin tirarse de lleno al Pop artificioso de Sunlit Youth. Incluso se sobrepasan a jugar con las herramientas del estudio, dejando una cubierta cruda, casi industrial a otra de las piezas clave llamada "Shy", aunque su sonido no sea lo que su título significa en español. Comienza con una batería intensamente rápida y las voces intrincadas de Kelcey Ayer. Los metales feroces y ruidosos toman el control, construyendo un ascenso triunfante pero a la vez muy rígido, agregando trompetas bélicas que hacen parecer esto un estruendo contenido. Ahí está también "Megaton Mile", aparentemente inspirada en un auto-lavado de California, pero donde no se refleja en una mezcla precisamente limpia o pulida, sin embargo lo impresionante está en los surcos melodiosos en el falsete de Kelcey y el crujir en cada vértice marcado por las notas de guitarra y bajo, casi saturando y distorsionando en su parte final.
Efectivamente, todos los integrantes están haciendo lo mejor que alguna vez se les ha escuchado, incluso el bajista Ryan Hahn que no es miembro fundador y llegó para el 2do disco. Tenemos desde las percusiones influenciadas por el Afro-Pop, las armonías, el protagonismo por la voz de Taylor y Kelcey buscando a veces alguna línea rimbombante a manera de hit pero sin romper el concepto ("Gulf Shores"), está todo. Con extremos tan bellos y minimalistas como el deliberado hilar de violines de "Vogue" o la cercanía lograda en la experimental, dulce e intima "Tap Dancer", que además, pone cierre memorable y emocional sin tener siquiera que usar la grandilocuencia.
La maduración de la banda yace en Violet Street, sus mejores cualidades son rescatadas y presentadas aquí en una colección de 12 canciones que invitan a ser escuchadas con calma más de una vez, que a cada vuelta saben mejor y van liberando de a poco su encanto. Representa e impregna bien sus mensajes sobre pérdidas, temor y soledad, siempre reflexivos sin caer en el fatalismo o la exageración. Violet Street no es su obra maestra (porque debutaron con ella) pero sí un necesario y excelente disco que los define como artistas, como músicos y como banda.
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83%
01. Vogue
03. Cafe Amarillo
04. Munich II
05. Megaton Mile
06. Someday Now
07. Shy
08. Garden Of Elysian
09. Gulf Shores
10. Tap Dancer
Por: José Marr Seguir a @JR_Marr
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